El Entrenamiento así como el Calentamiento de la Musculatura Inspiratoria, tanto de forma aislada como combinada, traen consigo una mejora significativa del Rendimiento Físico
La mejora del Rendimiento Físico derivada del entrenamiento de la musculatura inspiratoria ha sido motivo de estudio y comprobación por parte de diferentes grupos de investigación, lo que se ha
traducido en estudios publicados en diversas revistas científicas internacionales, objetivando la mejora que sobre algunos aspectos del Rendimiento traía consigo el Entrenamiento Respiratorio, así como la mejora de la Performance en especialidades deportivas concretas como el Atletismo, el Fútbol, el Ciclismo, el Remo,… En los últimos años también se está objetivando una mejora del rendimiento
físico ligada al Calentamiento Específico de la Musculatura Inspiratoria, con aumentos de rendimiento superiores al 1%, lo que en competición es una mejora muy significativa, máxime si tenemos en cuenta el poco esfuerzo añadido que se precisa. Hoy traemos a colación un estudio publicado por Lomax y col, en el que estudian la Evolución del Rendimiento en Carrera Intermitente ligado al Calentamiento y/o Entrenamiento de la Musculatura Inspiratoria, objetivando una mejora del 12% tras 4 semanas de entrenamiento inspiratorio, mientras que la mejora aumentaba hasta el 14,9% si al entrenamiento
inspiratorio se le añadía un calentamiento específico de la musculatura inspiratoria con antelación a la prueba o Test de Rendimiento.
Hace unos años se consideraba que la funcionalidad respiratoria no suponía un factor limitante del ejercicio, por lo que su estudio en relación al deporte ha sido limitado.
Sin embargo en los últimos 20 años cada vez se le da una mayor importancia a la fisiología respiratoria
y quizá más específicamente a la influencia de la musculatura respiratoria en el rendimiento físico.
La musculatura respiratoria consume una parte significativa del Consumo de Oxígeno (en torno al 15%)
y del Gasto Cardíaco (en torno al 16%) en una situación de ejercicio de intensidad máxima, y además se conoce que la fatiga de la musculatura respiratoria desencadena un reflejo metabólico que provoca una vasoconstricción a nivel de arterias y arteriolas que alimentan los músculos esqueléticos de los territorios activos, con la función de derivar una mayor proporción del gasto cardíaco a la musculatura respiratoria (considerado el aparato respiratorio uno de los órganos vitales para el funcionamiento de la vida por parte del Sistema Nervioso Central). Por estas razones la funcionalidad de la musculatura respiratoria se
está convirtiendo en un elemento significativo del rendimiento físico, y lo que es más importante, esta funcionalidad es mejorable a través del entrenamiento específico.
En la revista Journal of Sports Sciences, Lomax y col. acaban de publicar un artículo titulado “Inspiratory
muscle warm-up and inspiratory muscle training: Separate and combined effects on intermittent running to exhaustion”, donde analizan la influencia que sobre el rendimiento físico tiene el calentamiento específico de la musculatura inspiratoria y/o el entrenamiento respiratorio. En el estudio han participado 12 jugadores de fútbol de nivel regional o semi-profesional divididos en 2 grupos de 6 futbolistas, de forma que uno de los grupos (Experimental) realizaba el entrenamiento de la musculatura inspiratoria
consistente en 30 inspiraciones máximas al 50-60% de la Presión Inspiratoria Máxima (PIMax), 2 veces al día y durante 4 semanas, mientras que el segundo grupo de 6 (Control) realizaba 30 inspiraciones máximas al 15% de la PIMax, 1 vez al día y de forma diaria. La valoración del Rendimiento Físico se ha basado en la realización del Yo-Yo Test (Yo-Yo Intermittent Recovery Test) que supone en la práctica la realización de series de 20 metros con velocidad creciente hasta el agotamiento, con lo que la distancia total recorrida está directamente relacionada con la intensidad alcanzada (relacionada con el VO2max). Este Test se ha repetido en 5 ocasiones a lo largo del estudio; un primer Test que ha servido de habituamiento y para obtener valores iniciales de referencia del grupo; 2 Test antes del comienzo del entrenamiento de la musculatura inspiratoria, diferenciados entre ellos por la realización o no de un calentamiento específico de la musculatura inspiratoria; 2 Test se han realizado tras completar las 4 semanas de entrenamiento inspiratoria, diferenciándose entre ellos también en este caso, por la realización o no de un calentamiento inspiratorio.
Igualmente en el curso del Estudio se ha valorado la Presión Inspiratoria Máxima (PIMax), así como valoraciones ligadas a la Percepción de Esfuerzo (RPE) y al Esfuerzo Respiratorio ligado a la Disnea o Sensación de Fatiga Respiratoria.
Resultados: PIMax: La Presión Inspiratoria Máxima aumenta en un 20% tras el entrenamiento respiratorio, porcentaje que se incrementó al 16,7% cuando al entrenamiento se le añadió el calentamiento específico de la musculatura inspiratoria. RENDIMIENTO: El Rendimiento valorado mediante el Yo-Yo Test (Carrera Intermitente hasta el Agotamiento) aumentó en un 18% tras el entrenamiento respiratorio, porcentaje que se incrementó hasta el 24% cuando al entrenamiento se le añadía el calentamiento específico de la musculatura inspiratoria previo a la realización del Test.
Disnea: Hubo una ligera disminución de la sensación de Disnea (Fatiga Respiratoria) tras el entrenamiento respiratorio, con un valor medio de 4,8 en el grupo experimental, mientras que ese valor era de 6 en el grupo Control.
Comments are closed