Mejora el Rendimiento

Mecánica Respiratoria

En situación de reposo nosotros respiramos entre 12 y 15 veces por minuto, movilizando en cada respiración en torno a medio litro, lo que supone que cada minuto movilizamos entre 6 y 7,5 litros de aire.
Dentro de las respuestas fisiológicas al ejercicio, la respiración aumenta para hacer frente al incremento de oxígeno que se precisa para aumentar la formación de energía imprescindible para realizar ejercicio físico.
En situaciones de ejercicio muy intenso, la frecuencia respiratoria alcanza las 40-50 respiraciones por minuto y el volumen movilizado en cada respiración se situa en torno a 3-4 litros.
Ello supone que en intensidades máximas de ejercicio, se movilizan entre 120 y 200 litros por minuto, variando lógicamente estos valores en función del tamaño corporal y características individuales.
Incluso en deportistas olímpicos de deportes de fondo y gran tamaño corporal (como los remeros) se han llegado a medir Ventilaciones Minuto Máximas (máximo volumen de aire movilizado en 1 minuto) de hasta 250 – 300 litros de aire, lo que implica que para conseguirlos, estos deportistas movilizan en cada respiración más de 5 litros de aire (ya que la frecuencia respiratoria máxima apenas varía)

Física de la Respiración

Los pulmones están conectados al exterior a través de las vías respiratorias y los cambios de volumen torácico son los que van a marcar la movilización del aire en un sentido u otro.
Si la caja torácica aumenta su volumen, en su interior (en los pulmones) se genera una presión negativa que «chupa» el aire exterior y al entrar ese aire en los pulmones se equilibra la presión, estabilizándose el sistema.
Si a continuación se disminuye el volumen de la caja torácica, en su interior se crea una presión positiva que «obliga» al aire a salir al exterior.
La mecánica respiratoria supone por tanto un cambio contínuo de presiones provocada por los cambios en el volumen de la caja torácica

¿Cómo se modifica el volumen torácico?

En condiciones normales, cuando no actúa ninguna fuerza sobre la caja torácica, el aparato respiratorio se encuentra casi vacío de aire (nunca se vacía del todo, incluso tras una espiración forzada) correspondiéndose con una espiración normal completada

INSPIRACIÓN

El proceso de toma de aire o inspiración se debe a que los músculos inspiratorios (entre los que encontramos el diafragma y los músculos encargados de «levantar» y «abrir» la caja torácica) se contraen de forma activa, aumentando así el volumen de la caja torácica. Hay que tener en cuenta que tanto la pared torácica como los pulmones actúan como elementos elásticos y que «adoptan» una situación de equilibrio pasivo en la posición de reposo, tras una espiración. En el trabajo de los músculos inspiratorios se incluye por tanto la energía necesaria para modificar la forma de dichos elementos elásticos

ESPIRACIÓN

La espiración es el proceso de exhalar el aire contenido en los pulmones. La disminución del volumen de la caja torácica que da lugar a la espiración se debe al trabajo de los músculos espiratorios y a la recuperación de la energía elástica acumulada en la pared torácica y en el tejido pulmonar como resultado de la inspiración

MECÁNICA EN REPOSO

En situaciones de baja demanda respiratoria como cuando nos encontramos en una situación de reposo, se puede decir que la inspiración es la única fase muscular activa del ciclo respiratorio.
En este caso la contracción del diafragma y de los músculos intercostales inspiratorios llevan a cabo el trabajo de la inspiración, mientras que para que se produzca la espiración, sólo se necesita que dejen de contraerse y se relajen los músculos inspiratorios, para que la elasticidad pulmonar y torácica ya comentada generen la suficiente presión positiva como para que el aire salga al exterior sin necesidad de que intervengan los músculos espiratorios

MECÁNICA EN EJERCICIO

La respuesta ventilatoria al ejercicio supone el aumento de la frecuencia respiratoria (más respiraciones por minuto) y también del volumen de aire movilizado en cada respiración. Ello implica mucho más trabajo y además debe ser realizado de forma mucho más rápida, con lo que tanto la inspiración como la espiración requieren la intervención activa de la musculatura específica. En la inspiración, además de los músculos que trabajan habitualmente en reposo (intercostales y diafragma) pueden llegar a intervenir (en función de la intensidad de ejercicio) los músculos escalenos y esternocleido-mastoideos. En la espiración, además de la restitución de la energía elástica almacenada, hay una participación activa de la musculatura espiratoria (intercostales espiratorios y abdominales).
En todo caso, la mayor cantidad de trabajo viene dada por la musculatura inspiratoria, tanto en reposo como en cualquier nivel de intensidad de ejercicio. Es por ello que el entrenamiento de la musculatura inspiratoria mediante el POWERbreathe, incide específicamente en la musculatura respiratoria que más repercusión tiene en la mecánica ventilatoria